Científicos españoles del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC) desarrollaron un modelo muscular en tercera dimensión gracias a las nuevas tecnologías especializadas en la impresión biológica y la ingeniería de tejidos. Este logro pone un paso adelante la posibilidad de eliminar las arrugas por completo.

 

Actualmente la industria cosmética lucha contra el paso del tiempo a base de procesos químicos como el bótox o instrumentos no invasivos como las cremas antiage con altos niveles de ácido hialurónico, sustancia producida naturalmente por el cuerpo humano para retrasar el envejecimiento. Los estudios modernos se hacen sobre tejidos musculares creados en formato in vitro basados en el crecimiento celular de segunda dimensión, un modelo que se encuentra lejos de recrear el comportamiento natural del organismo humano.

 

La última creación tridimensional del IBEC abrió una oportunidad para que las empresas del rubro belleza prueben nuevos medicamentos en un modelo muy similar a la piel humana, iniciando una revolución nunca antes vista. 

 

El trabajo de la entidad española utiliza la ingeniería de tejidos junto a la bioimpresión 3D, concluyendo en un modelo similar al tejido real del cuerpo humano. Con este trabajo se conseguirá realizar estudios casi certeros tanto en la cosmética como en la medicina, donde se podrá descubrir el funcionamiento de algunas enfermedades. Junto a esto se abre la posibilidad de testear fármacos en estos moldes, evitando en parte la crueldad animal.

 

La posibilidad de estudiar la regeneración muscular es de suma importancia no solo para el sector belleza, pues este fenómeno natural que se da con el paso del tiempo tiene una estricta relación con la funcionalidad y fisiología de los músculos faciales.

 

El logro de IBEC, realizado en colaboración con la compañía estadounidense Lubrizol, también permite obtener información cuantitativa sobre los movimientos musculares recreados como la fuerza y contracción muscular con base en reacciones eléctricas. Esta novedosa característica permitió a los científicos corroborar la eficacia de una crema antiarrugas, Argireline Amplified de la marca Lipotec.

 

Según los investigadores, los músculos del nuevo molde cuentan con microblastos junto a otros componentes naturales que ayudaron a dar forma al prototipo. El equipo destaca que esta característica es esencial, pues aporta fiabilidad, personalización y precisión.

 

El nuevo descubrimiento viene meses después de que los científicos del IBEC crearan robots musculares capaces de nadar con capacidad autodidacta. Este proyecto presentó pequeños robots de apenas un centímetro de largo con movilidad 800 veces más veloz que otros con fibras musculares.

 

Se espera que su aplicación también se enfoque en la salud, sobre todo en el sector de prótesis biónicas y testeo de activos.