Para nadie es un secreto que el ser famoso no es tarea fácil, sino que lo confirmen aquellos que han estado

 

en los titulares de noticias ya sea por buenas obras o por algún escándalo. Últimamente la farándula venezolana se ha visto revuelta con algunos casos que parecen entretener al público. Algunos disfrutan, otros se lamentan; lo cierto es que despidos, la salida de un canal de tv, divorcios, renuncias, rivalidades entre cantantes, separaciones de grupos musicales y actualmente hasta una acusación grave de supuesta infección de Sida llena con tinta oscura el mundo de la moda en nuestro país. Esto y mucho más pudiera llamarse “el precio de la fama” tema que hoy llenan las líneas de este DIARIO ABIERTO.

 

La fama, una palabra soñada por muchos, odiada por otros. Lo cierto es que mediante ella se adquiere reconocimiento social conjuntamente con un estatus económico que a nadie le caería mal. Muchos quisiéramos serlo cuando vemos en alguna revista, televisor o cine a personajes con buen físico, mucho dinero y millones de fanáticos adorándolos, pero esto también tiene su lado negativo aunque pocos suelen verlo. La presión por parte de la prensa y algunos seguidores en relación a publicar la vida intima y la de sus familiares, puede ocasionar daños en su reputación, al igual que la opinión pública, que al final es la que te pone y te quita del puesto donde estés.

 

Obtener la fama hoy en día puede ser fácil, el punto de dificultad está en saberla mantener y es ahí donde comienza la presión por parte del público, la prensa y hasta los mismos managers en exigirle mas y mas al personaje que esté de moda.

 

Algunos de los casos negativos más sonados y donde los famosos han tenido que saber llevar todo el revuelo que causa en Venezuela, están: el divorcio de Daniel Sarcos y Chiquinquira Delgado, el de Gaby Espino con el padre de su hija, Cristóbal Lander que, aunque ellos pidieron respeto a su vida privada, muchos comentan de lo ocurrido. La separación del dúo Franco y Oscarcito tomó por sorpresa a muchos y dio bastante de qué hablar; hace pocos días supimos de la ruptura del grupo Los Cadillacs lo cual no sólo divide a los fans sino que alguna de las partes queda opacada, mientras la otra brilla. ¡Lamentable!

 

Hace días pudimos ser participes por la red social Twitter de varios “trapitos” que algunos famosos sacaron al sol. Vimos como la actriz Erika Schwarzgruber le exigía mediante 140 caracteres a Jonathan Montenegro, ex esposo de su hermana Patricia que por favor le cancelara una alta suma de dinero que le habían prestado en dólares y bolívares, dejando muy mal la imagen de este profesional de las artes escénicas. Por otra parte pudimos ver a la actual Miss Venezuela, Vanessa Goncalves exigiendo el pago de sus premios al ser coronada como la más bella del país en la última edición celebrada en 2010. Momentos más tarde, su Jefe Osmel Sousa utilizó la misma vía para responderle. Muchos los destruyeron por haberlo hecho, otros los apoyaban… en fin, sus nombres quedan manchados por ese tipo de cosas.

 

Si recordamos unas semanas atrás se explotó literalmente la bomba en Televen cuando se supo (también mediante Twitter) que su animador José Gregorio Araujo había sido despedido no sólo del programa, sino también del canal. Días antes había renunciado Sergio Novelli de Canal i, ocupando varios espacios en la prensa nacional. Y es que en ese misma planta televisiva hace pocos días se supo que la animadora del programa “Un Momento Diferente” Rebeca Moreno había pedido la renuncia al igual que el periodista y animador del mismo espacio Simón Villamizar.

 

Y hace dos días ha salido a la luz pública un nuevo escándalo que mancha la imagen del querido Diseñador Giovanni Scutaro al ser acusado por una ex pareja de haberle transmitido el virus del Sida. Noticia que ha dejado a muchos con la boca abierta y es ahora donde se comienzan a escuchar las versiones, al igual que muchas personas hacen lo suyo difamando demás.

Es por eso y muchos casos más que a veces tener fama cuesta un precio bien caro que no logra pagar algo tan preciado como lo es: la tranquilidad y libertad.

Por: Adriana Rodríguez B.
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