Bienvenid@s sean tod@s los Rumberos a este espacio dedicado a resolver las dudas que sabotean el placer sexual,

informar sobre la salud sexual y reproductiva, y orientar sobre juegos , juguetes y tips eróticos  que te ayuden a maximizar las sensaciones durante las relaciones sexuales.

Para muchos la pregunta quizás resulte muy básica y hasta conversación de adolescentes; sin embargo debo confesarles que muchas personas bien adultas, casadas o que conviven desde hace años y hasta décadas no conocen el genital de su pareja. Resulta lógico en virtud de la educación restrictiva y saboteadora del placer que hemos recibido la mayoría; porque si bien pueden existir algun@s osad@s que se tomaron el tiempo de descubrir su cuerpo, repetir la técnica con la pareja es otra historia.

Ahora bien, si les comento acerca de esto pueden inferir el nivel de impacto y relevancia que tiene dicha información a la hora de disfrutar los encuentros sexuales; por ejemplo, podemos desear replicar las posiciones sexuales más divertidas que nos sugiera algún amig@; pero, si mi pareja tiene alguna condición anatómica que dificulte o genere molestias en ciertos ángulos de penetración estaríamos destinados al fracaso (tal es el caso de la dirección de la curva del pene, retroversión del útero en chicas, tamaño de pene, dimensiones corporales, y un largo etc.…).

La primera pregunta que les quiero hacer es: ¿has visto el genital de tu pareja?; y con esto me refiero a la posibilidad de contemplarlo, detenerte en los detalles. Si te pido que recuerdes en este momento el genital de tu pareja, ¿puedes imaginarlo, o recordarlo con facilidad?; o más bien como la mayoría recuerdas solo una prenda de ropa interior, unas piernas cerradas, o la mano de tu pareja cubriendo su genital?. Entiendo que para muchas personas resulta un poco difícil exponer su cuerpo desnudo frente al otro, pero este debe ser el primer paso a completar en la intimidad; símbolo de confianza con lo que se tiene, de seguridad para compartir con el otro, y por supuesto de disposición y apertura para disfrutar de la sexualidad.

A partir de esta mirada y conversación porque estamos frente a una persona con ideas y sentimientos valiosos que me permiten completar la experiencia, podemos reconocer la forma, tamaño, el olor, sabor, lunares, marcas, vellos, y millones de curiosidades del genital de tu pareja; y sobre todo que piensa tu compañer@ sobre todo esto (¿le gusta?, ¿ama lo que tiene?, ¿odia o rechaza ciertas zonas?…). Otro ejemplo valido para evidenciar la importancia de esto sería recordarles lo complicado que resulta “convencer” a la pareja para que reciba sexo oral cuando esta persona cree, o siente que esa zona es fea, sucia, tiene mal olor, o peor aún cree que para ti su genital tiene características negativas, y tu ni pendiente con esas ideas…

Cuando uno conoce la anatomía de su pareja a profundidad, estamos en la capacidad de sugerir practicas, juguetes, fantasías, o formas de estimulación que podrían ser bien recibidas, y de esta forma dejamos de lado las eternas peleas sobre la cama (penes erectos, condón puesto, o bien excitadas y dilatadas…) y aprovechamos el tiempo (poco o mucho) que tenemos disponible para las relaciones sexuales. Como también pudiera servir esta información para conversar con la pareja y dejar claro que quizás para esta persona cierta zona puede resultar desagradable, pero para uno pudiera ser de las mejores partes de su cuerpo, la que genera más placer, morbo; o simplemente no genera rechazo.

Otra pregunta sería, ¿sabes que le gusta, o genera placer al genital de tu pareja?; cada cuerpo tiene gustos bien particulares, y únicos. La idea es que independientemente de lo que sepas, o hayas tenido la oportunidad de disfrutar con otras personas busques las formas de estimulación que prefiere o resulten garantes del placer en el genital de la persona con la cual compartes en el aquí y el ahora. También, debo recordarles evitar argumentar el conocimiento que posean sobre la anatomía del objeto de deseo con la frase “esto siempre le gusto a mis parejas anteriores”… Error!!!, jamás digan algo parecido, así ustedes estén claros que la formula hasta ese momento había resultado exitosa. Luego de dicha esa frase el orgullo, y los celos hacen de la suya y por más que pueda disfrutar y gozar jamás lo aceptará.

En muchos casos justamente la manera de “convencer” a alguien a disfrutar ciertas prácticas sexuales, es ofreciéndole la oportunidad de experimentar lo bueno, o divertido que resulta tal o cual estimulación, más que desgastarnos en explicaciones. Entonces la idea sería conocer ¿qué le gusta?, y ¿cómo le gusta? manipular cada parte de su cuerpo, y de esta forma tenemos más probabilidad de ganar espacios para el provecho sexual. Por ejemplo, prefiere el roce con manos, con el glande, con la luz apagada, debajo de las sabanas…en fin la idea es satisfacer estas necesidades para ir un poco más allá.

Ahora bien, todavía nos queda otra interrogante más importante (según mi perspectiva) y es la siguiente: ¿sabes que le disgusta o le genera displacer al genital de tu pareja?. En los encuentros sexuales quizás yo puedo intentar proponer cosas nuevas que generen cierto temor o incertidumbre por ser desconocido por el otro, pero luego de cierta experiencia y conversaciones pudiera acceder. Sin embargo, el panorama cambia drásticamente cuando se trata de sugerir alguna práctica sexual o estimulación que de antemano sea rechazada.

Cuando estemos frente a un absoluto NO, tendríamos que conocer las razones que fundamentan esa actitud, en algunas oportunidades se pueden sugerir aproximaciones sucesivas, y en otros casos no queda más que sustituir por otra forma de estimulación sexual o fantasía que permita satisfacer el deseo.

Muchas veces las resistencias que conseguimos en la sexualidad tiene que ver con aspectos religiosos, una autoimagen negativa (rechazo al cuerpo, o ciertas partes), antecedentes médicos, o eventos traumáticos que dejaron una huella a nivel físico o emocional que no permiten disfrutar sexualmente; sino más bien pudieran ser detonadores de crisis emocionales que finalmente vienen a interrumpir el momento erótico. Este tipo de información puede resultar más cómodo conversarlo fuera del espacio de la cama; y la sugerencia sería que hasta que la persona no trabaje y resuelva este aspecto de su vida (de la mano de un especialista) lo mejor sería evitarlo, mientras se motiva a la persona a superar este problema.

Finalmente, una vez que conocemos el genital de la pareja, y sabemos cómo disfrutarlo al máximo para beneficio del otro y también para satisfacción personal; pudiéramos ir un poco más allá. Por eso ahora la pregunta que les dejo es: ¿Tienes alguna sugerencia de cambio que hacerle al genital de tu pareja?. Quizás todo luce y se siente perfectamente, pero pudiéramos satisfacer caprichos más especiales como pudieran ser depilar la zona parcial, o totalmente (hombres y mujeres), quizás la modificación de ciertas zonas, incorporación de accesorios tipo piercing, tatuajes, implantes; en fin las posibilidades cada vez se amplían mucho más; al respecto lo importante sería negociar con la pareja la idea del cambio, y ubicar las alternativas más idóneas y seguras para disfrutar aún más de la sexualidad evitando posibles consecuencias negativas.

Si desean seguir en sintonía y aprender un poco más sobre la sexualidad, pueden aprovechar también otros espacios de educación sexual: Sexopolis programa de tv transmitido por Canal i, Las Pamela Chu programa radial transmitido por la emisora HOT 94.1FM, y las Reuniones de Sexo con 5 ideales para compartir acerca de la información sexual en las despedidas de solteras.

Espero les sirva; espero sus comentarios y sugerencias también en twitter: @amorantunez

Amor Antunez.
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