Periodista, madre y servidora social son algunas de las cualidades que definen a Elianta Quintero, y es precisamente su deseo de ayudar a la comunidad lo que llevó a la destacada periodista

a estudiar la carrera de Comunicación Social. Ya suma 13 años dentro de las filas de Noticiero Venevisión, y desde el año 2006 se dedica a narrar las informaciones en la emisión Estelar.

Para Elianta Quintero el ser periodista no fue su primera opción, sin embargo, gracias al consejo sabio de un amigo cuando se encontraba en el tercer año del bachillerato, se acercó a la profesión que hoy en día ejerce con profesionalismo y esmero. Estudió en la Universidad Católica Cecilio Acosta en Maracaibo. Se licenció como periodista en 1998. La comunicadora recuerda que se inició  “en la radio cuando aún estaba estudiando”. Tuvo la oportunidad de laborar en diversos medios de comunicación, hasta que le surgió su “primer trabajo formal en 1996 en la emisora Metrópolis como periodista del Noticiero y productora del programa de Germán Novelli”. Luego, entra a trabajar en el canal regional Televisa Canal 7 del Zulia, después de estar cuatro meses allí, se va a trabajar a RCTV, empresa que más tarde le oferta trabajar con ellos en Caracas. “Estando aquí en la capital esperando por esa oportunidad laboral, me planteo visitar Venevisión. Me dieron la oportunidad de hacer unas vacaciones, y me dije las hago y me voy al extranjero, porque tenía planes de irme afuera. Y después de esas vacaciones, hice otras y aquí estoy, ya voy a cumplir 13 años en Venevisión en Diciembre”, comentó la narradora.

Aún recuerda fehacientemente su primera cobertura a través de la pantalla de Venevisión, así como diversos hechos que tuvo que afrontar como periodista, que sin duda marcaron su vida profesional y personal. “Mi primer día de trabajo fue con las elecciones presidenciales del 4 de diciembre de 1998. Un año después se da el deslave de Vargas y ésta fue mi primera experiencia fuerte que marcó mi carrera, a raíz de la cobertura de ese hecho, me asignan la fuente de sucesos, que fue mi fuente oficial, en la que me especialicé, hasta el año 2006 cuando comencé a narrar”, señaló la periodista.

– ¿Por qué estudiaste Comunicación Social?

– Yo estudié esta carrera porque me da la oportunidad de hacer un servicio social, por el hecho de poder llevar un mensaje que pueda crear un impacto, que presente soluciones, ser la voz de quienes no la tienen. Creo que el comunicador tiene una gran responsabilidad. Nos formamos y nos convertimos en portavoces de todas esas personas. La labor social es la columna vertebral de mi misión como comunicadora social.

– ¿Cuál sería ese mensaje que te gustaría llevar a las masas como comunicadora social?

– Cada noticia que damos es justamente un trampolín para hacernos eco de las necesidades de la población. Somos entes multiplicadores de un mensaje, generamos soluciones o, como suelo decir yo en mis ponencias, fastidiamos la impunidad. Logramos, por medio de nuestro trabajo, que un hecho pueda ser conocido y por presión pública pueda hallarse unas soluciones favorables. En el caso del deslave de Vargas se reencontraron muchas familias gracias a los llamados que nosotros hacíamos a través de la pantalla de  Venevisión. Ése es el mejor pago para quienes trabajamos sobre todo en la fuente de sucesos, el hecho que nosotros podamos dar soluciones a los problemas que se puedan presentar.

– Además del deslave de Vargas, ¿cuáles otros hechos te han impacto y han marcado tu carrera?

– Dos hechos fundamentales: el deslave de Vargas y los hechos del 11 de abril de 2002. Fueron dos picos de tragedia, la natural y la humana, que marcaron no sólo mi carrera como periodista sino también la historia del país. A los periodistas que nos tocó trabajar esos días nadie nos quita lo bailao, porque aprendimos hacer periodismo de riesgo.

– ¿Qué se debe  tener presente a la hora de hacer periodismo de riesgo?

– Lo primero que tenemos que tener presente es regresar vivos, porque así garantizamos que la noticia se podrá difundir. Lo primero es resguardar nuestra integridad, por eso lo primero que se debe tener en cuenta es que no hay mejor noticia que la que se cubre y se devuelve a la casa, no hay que volver siendo la noticia. Hay mucha adrenalina, emotividad y dolor en situaciones de riesgo, entre otras cosas. En esos momentos hay que manejar la situación como si estuviéramos frente una pantalla de cine, es decir, es una realidad que está allí que nos toca observarla y transmitir tal cual la podamos ver, más no ser parte de ella, en otras palabras, los periodistas sólo debemos  transmitir la noticia de la forma más apegada a lo que vemos.

– ¿Siempre quisiste estudiar comunicación?

– Yo quería ser bióloga marina. Me encanta el mar y todo lo que encierra su misterio. Pero estando en tercer año un amigo me dijo que yo no podría trabajar en el fondo del mar ni en un laboratorio. Me dijo: `eres una mujer de labor social, así que busca cuál realmente es tu norte porque la biología marina no es´. Buscando me di cuenta que el trabajo comunitario, con la gente, el saber que podemos solucionar los problemas era lo que me apasionaba, y esta carrera me ha dado todo eso. Me da la oportunidad de hacer un servicio social, de colaborar y ayudar a que mi país salga adelante.

– ¿Actualmente compartes tus labores de Venevisión con alguna otra actividad?

– Sí. Soy la gerente de relaciones públicas de la revista Venezolana, que es la revista que va encartada en las aerolíneas. Además estoy trabajando en un proyecto de radio que está próximo a salir, Dios mediante. Estoy trabajando también en un proyecto hermosísimo, una fundación para ayudar a los niños de la Guajira. Un grupo maravilloso de personas se está sumando a este proyecto. En el municipio Páez, ahora Guajira Venezolana, es el municipio más pobre de Latinoamérica y los índices de mortalidad infantil son muy altos, sobre todo, entre cero y dos años, entonces estamos haciendo un trabajo que estaremos implementado en esa zona y que pronto se dará a conocer. Es un trabajo muy bonito, que busca ayudar a esas personas que resultaron además muy afectadas con las lluvias de Diciembre.

– Con este ritmo de trabajo tan apretado, ¿cómo manejas el tiempo de madre?

– Mi hija, Estephania, es la luz de mi vida. Como salgo en el noticiero de la noche, tengo tiempo en el día para poder atender a mi bebé, aunque igualmente realizo otras actividades, como por ejemplo mi trabajo de la revista. Creo que nosotras las mujeres nos convertimos en unos pulpos, siempre hay chance para todo lo que nos proponemos. Le doy gracias a Dios por tener la oportunidad de trabajar en la noche, pues me da el chance de ser mamá. Confieso que no duermo, sólo duermo tres o cuatro horas por día, porque llego muy tarde a la casa y me levanto muy temprano para llevar a mi hija al colegio. En el día no paro, porque además de la revista, también realizo otras actividades como las conferencias, las reuniones con los clientes de la revista, los viajes al interior del país. Tengo la mayor satisfacción de pasar tiempo con ella durante el día y mientras ella duerme, yo hago el trabajo en pantalla. Es duro por el agotamiento, pero al mismo tiempo es muy satisfactorio.