HIGINIA GARAY - diariosur.es

La pandemia nos tomó por sorpresa y afectó nuestras vidas en maneras que nunca nos hubiéramos imaginado.

Afectó a nuestros trabajos, nuestras relaciones, nuestro tiempo libre. Pero su impacto no fue igual para todas las personas. Las condiciones de trabajo y sociales siempre definen la manera en que un sector de la población puede afrontar una crisis. En Perú, donde la prostitución es un oficio legal, las scorts, kinesiólogas y prostitutas sufrieron la pandemia de manera diferente al resto de los ciudadanos. 

 

El oficio más antiguo del mundo es uno que normalmente no se puede hacer en home office. Los servicios sexuales requieren por naturaleza un extenso contacto físico para que los clientes puedan obtener lo que buscan. En Perú las prostitutas del país se enfrentan a una situación precaria donde se tiene que luchar cada día por la supervivencia. 

 

No solo se trata de que el número de clientes  disminuyó significativamente. Las prostitutas que se ven forzadas a salir a trabajar para alimentar a su familia o cuidar de sí mismas se enfrentan a serias dificultades por las sanciones del gobierno, especialmente cuando hay picos de contagios y las restricciones son más severas. Los toques de queda nocturnos significan que si la policía atrapa a algún grupo de prostitutas en un prostíbulo clandestino, las enviará a un hospital privado a hacerse una prueba de Covid-19. 300 soles por la prueba y otros 380 soles de multa es lo que tiene que pagar cada prostituta. 

 

Es tanta su necesidad, que varias sexo servidoras se han unido en diversas organizaciones para apoyarse unas a otras. Tocan de puerta en puerta para pedir apoyo y preparan ollas comunes con el fin de alimentar a tantas compañeras como les es posible. Afortunadamente, conforme los contagios bajan y las restricciones disminuyen, las sexo servidoras pueden regresar a su trabajo normal.

 

Nuevas alternativas

 

Para mitigar el efecto de la pandemia el mercado del sexo servicio se ha adaptado de diferentes maneras. Algunas medidas efectivas para seguir practicando este tipo de servicios incluye el uso del cubrebocas, lentes y guantes desechables durante el acto sexual, tomar un baño antes y después del encuentro, desechar cualquier juguete sexual que se haya utilizado junto con los preservativos, usar gel antibacterial y desinfectar cuidadosamente y entre cada encuentro las habitaciones utilizadas. 

 

Algunas sexoservidoras también están recurriendo al uso de plataformas como Onlyfans o se han afiliado a algún grupo o página web que brinda servicios tipo webcam o que facilita la contratación de servicios de escort con diversos beneficios. Tal es el caso de la página Kines69.com, un sitio creado y dirigido por ex-escorts con experiencia en diseño y marketing. Estos sitios tienen la premisa de que si bien los sitios de pornografía en la web tienen mucho contenido, les hace falta el trato humano que te puede brindar una kinesióloga por ejemplo. Estas páginas ofrecen el servicio de diferentes chicas y se aseguran de que los precios que se publican sean los mismos que se le piden al cliente al momento del encuentro y también verifican la identidad de las chicas en sus plataformas para asegurar que ningún cliente se lleve un disgusto. También se aseguran de que todas las mujeres que trabajan con ellos se apeguen a las medidas sanitarias correspondientes. 

 

Al final, el sexo siempre encuentra un camino. Y en esa pandemia donde estos servicios son quizá aún más necesarios, los clientes aún pueden encontrar maneras seguras de disfrutar de una buena sección de sexo.