Uno de los referentes del trap en español —Bad Bunny— y la formación más prometedora del panorama de la música urbana del país, los canarios BNMP, engancharon al público desde las ocho de la tarde en el Escenario 2 del Parking Norte de la Expo.


El domingo sonó la música urbana más puntera del momento en el River Sound Festival, durante una jornada que empezó temprano —a las 20 horas— y que congregó a numerosos seguidores del joven puertorriqueño Bad Bunny, un rapero y compositor que en poco tiempo ha colocado algunos de sus temas como “Me importa un carajo” o “Pa´que le dé” en lo más alto.

El horario vespertino no fue óbice para que Bad Bunny llenara los dos espacios —adultos y menores— de la carpa con una legión de fans, totalmente entregados, que corearon todas y cada una de las canciones que presentó durante una hora. El show culminó con el tema “Soy peor”, de su último trabajo, que fue deletreado letra a letra por el público, sobre todo femenino.

Le sucedieron en el escenario los BNMP —Broken Niños Make Pesos— un cuarteto tinerfeño emergente, que en poco tiempo se ha hecho un hueco en el panorama de la música urbana española, a través de Youtube. Los cuatro canarios bailaron, recorrieron el escenario e interactuaron con un público que, para su sorpresa —ya que era la primera vez que visitaban Zaragoza— conocía sus temas. Los BNMP no tienen nada en soporte físico, pero su producción audiovisual es constante. “¿Para qué vamos a hacer discos si lo que quiere la gente ahora son vídeos?” dicen.

El ecléctico Dellafuente mezcló como acostumbra rapeos aflamencados, reggaetón, hip-hop y procesadores de sonido para presentar su repertorio de letras crudas pero con sentimiento. Dellafuente, que visitaba por tercera vez Zaragoza, huye de las etiquetas y afirma que ahora intenta buscar letras menos oscuras y, en el escenario, demostró que lo está consiguiendo.

La provocadora Ms Nina, por su parte, aportó el “perreo” a la noche. La autora de “Claro que sí, guapi”, ha sido definida como la reggaetonera más gamberra y frases como “aguacate con aceite pa´ que crezca este culo” lo confirman.


Terminadas las actuaciones en el Escenario 2, comenzaron las actuaciones en las Carpas Aragonesa, Verbenas y Dance. En el escenario preparado para dar cabida a todo el talento local, llegó el turno de Camille, grupo que tomó el nombre de la última osa del Pirineo y que mostró sus garras en las tablas haciendo sonar su sonido hardcore. Tras el rock furo de Camille, Oackland, veterano grupo zaragozano, compartió su amplio repertorio pop-rock abarcando desde las baladas a los temas más duros. En la Carpa Verbenas, llegó el turno para la veterana orquesta Nueva Alaska, una de las formaciones más veteranas del panorama aragonés que, pese a su larga trayectoria, sigue innovando tanto en la puesta en escena como en su repertorio.

RIVER SOUND FESTIVAL
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