Considerado en la actualidad como uno de los mejores bateristas de Latinoamérica, este brillante músico venezolano se considera autodidacta y asegura, con toda humildad,

que sigue siendo un aprendiz y critica duramente el facilísmo con el que algunos se pretenden hacer llamar músicos

A veces el verdadero talento no admite imposturas ni rigideces académicas, tal parece ser el caso de este destacado baterista venezolano, Randolf Jiménez, quien pese a haber pasado por conservatorios, como el “José Reyna” y recibir clases particulares, asegura que su mayor aprendizaje vino de su constancia, su práctica, su “hambre de aprender”, y se considera autodidacta, sin dejar de agradecer a quienes fueron sus maestros formales en la música, por lo que le enseñaron.

Quizás suene presuntuoso al decirlo así, pero cuando se conoce su historia, la perspectiva cambia. Randolf creció oyendo música todos los días de su vida, a los 3 años de edad ya montaba su propia batería con las ollas y sartenes de la casa, y tan evidente resultó su entusiasmo y buen ritmo que sus padres le regalaron su primera batería, de juguete, cuando tenía 4 añitos. A eso hay que sumarle que en casa había un teclado y una guitarra que pronto captaron su interés, complementando su aprendizaje musical, que a los 12 años lo llevó a las clases formales, que no fueron su mejor experiencia. “La primera vez que estuve en el conservatorio solo fue por unas semanas hasta que un día la profesora literalmente me corrió del salón y me pidió que no regresara, que yo no servía para esto”, comenta Jiménez, quien sin embargo a los 16 años ya tocaba profesionalmente.

“La mayor parte de mi entrenamiento lo hice por mi cuenta, me iba a las tiendas de música y compraba los libros que creí me hacían falta y me los estudie por mi cuenta. Siempre he tenido una motivación natural por aprender, una necesidad”

Randolf cree en la preparación constante, en practicar y buscar información y nuevas  formas cada día, en renovarse constantemente. La motivación y organización tiene un papel preponderante en la formación de cada quién, “Hay personas que necesitan guía, que se les enseñe ciertos métodos”, comenta el batería. “He visto muchos niños y jóvenes que pretenden aprender música a través de YouTube, pero la realidad es que mucha de la información online no está revisada ni aprobada por profesionales. Hoy en día cualquiera puede subir un vídeo explicando cualquier cosa, eso no indica que sea correcto o incorrecto sino que esa persona lo aprendió de esa manera específica. Siempre es bueno investigar e ir a la raíz, y la ayuda de un buen maestro que te corrija”, explica Jiménez a las nuevas generaciones de músicos, que en la actualidad surgen diariamente en las redes sociales como YouTube.

Con un concepto vanguardista de lo que es un músico, Randolf da gran importancia de la tecnología, de hecho es un entusiasta de los avances tecnológicos que enriquecen y amplían el abanico de opciones para el trabajo creativo de todo músico.

En lo que si tiene algunas reservas es al uso incorrecto de las plataformas digitales como Youtube y otras similares, pues si bien las valora como una vitrina que proporciona proyección a quien lo desee, en vista de su alcance, siente que ha derivado mucho hacia el exhibicionismo musical.  

“Parece que ahora todo gira en torno a quien es el más rápido o el mejor, pero hay que tener en cuenta que la música no es un deporte de competencia. La verdad es que nada de eso va a garantizar el trabajo a un Músico. De hecho, muchos de los músicos que ves en YouTube no tocan con nadie, no tienen experiencia real más allá de la pantalla… No creo que aporte mucho a la música o a futuras generaciones subir un video exhibiendo lo que tocan. Insisto, me parece importante compartir lo que haces a través de las redes sociales y respeto a los que deciden hacerse ‘músicos de YouTube’ pero muy poco tiene que ver eso con la vida real de un Músico”, comenta con apasionamiento, lo que además explica el por qué no posee un canal de Youtube ni es de los que sube constantemente a las redes los que hace  como profesional, y admite que los videos que hay por ahí de él tocando los han subido personas que gustan de su trabajo. “Por los momentos mi foco esta en hacer música, tocar y seguir grabando. Al final eso es lo que queda, lo que un Músico puede dar. Mi consejo es que la gente que quiera ver músicos tocando debe asistir a los conciertos, comprar los discos. Ese es el verdadero apoyo que un Músico necesita, los «likes» lamentablemente no llegan a los bolsillos. Además la sensación de ver un concierto en vivo no se compara con sentarse en una computadora y verlo en YouTube”

Además es fiel defensor de la necesidad del músico a ser versátil, adaptándose a diferentes géneros y también a dominar varios instrumentos, lo que amplía su campo de acción. Destaca así mismo  la importancia de estar comprometido con su trabajo, la ética, la puntualidad y el compromiso, asumir las responsabilidades y, por supuesto la honestidad,  características que forman parte de su perfil como persona y profesional y que contribuyen al éxito que tiene y el reconocimiento de su labor, porque ser músico es más que tener talento.

“Se requiere de muchísima disciplina, dedicación y miles de horas de estudio y experiencia para ser un profesional de la música. La música es un arte y si por expresar tu arte o cualidades a un nivel respetable te vuelves famoso eso es otra cosa, pero no debe confundirse el arte con la fama ni usarlo como un medio para tal fin. Hay que prepararse, estudiar y ser respetuoso en cuanto a esto”, asegura Randolf Jiménez para resaltar lo que significa realmente ser Músico.

Acerca del talento venezolano Jiménez asegura que en el país se hace un trabajo excelente, que hay mucho talento, de ese que deja huella más allá de las fronteras representando  nuestra cultura e idiosincrasia, pero que lamentablemente hay mucho talento  que no posee del apoyo necesario para darse a conocer, para proyectarse.

Pero por otro lado critíca la manera en que muchos “artistas” se imponen sobre el verdadero talento a punta de dinero, “Comprar el primer puesto en la radio cualquiera lo hace. Pero desarrollar una disciplina a un nivel considerable es algo que no todo el mundo puede.  La gente escucha lo que le ponen en la radio, el público prácticamente no tiene capacidad de elección en nuestro país. Creo que primero que nada, debemos subir el nivel musical de lo que se está dando al público. Puede sonar pesado pero si queremos que Venezuela exporte música de calidad debemos dejar de darle apoyo a estos ‘pseudo’ artistas que evidentemente carecen de formación y talento”.

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