Por todo es sabido, que Hugh Hefner el dueño de Playboy, revista que por cierto ya ni siquiera publica modelos desnudas en su versión gringa, acostumbra vivir en su enorme mansión acompañado de las bellas conejitas que engalanan las páginas de su publicación, y aunque todo suena a risas, diversión y algo más, parece que la realidad es muy distinto a ello.


Resulta que la modelo Carla Howe, reveló algunos detalles de su estancia en la casa de Hefner, quien no dudamos que en el pasado durante sus años mozos, haya tenido grandes orgías de sangre y patadas fiestas, pero ahora es un venerable anciano de 89 años, y pues… vive como uno, un estilo de vida que definitivamente es aburrido para una joven y guapa modelo como Howe.

»Es tan frágil que tiene que ir con un grupo de enfermeras a todos lados”, mencionó Carla, además de detallar las estrictas reglas que Hefner le impone a las chicas, como que la hora de la comida es a las 6:30 y es básicamente dieta blanda, además de que todas tienen que irse a dormir a las 9 de la noche ¿¡Qué?! Así como lo oyen, nada de fiestas o escándalos porque el vejestorio señor Hefner tiene que dormir, por lo que para Howe esta experiencia “es como vivir en una cárcel”.

“La mayoría del tiempo todo lo que él quiere es jugar ajedrez con sus amigos y ver películas viejas. Casi nunca sale de la casa y se niega a cambiar algo de la misma. Se siente como si el lugar estuviera atorado en los 80”.

Y por si fuera poco, Hefner tampoco deja que las chicas reciban visitas, y mucho menos si se trata de un hombre, ya que si te llegan a cachar, las chicas son expulsadas de la casa para siempre. Y a pesar de todo esto, Howe asegura que la relación que tiene Hefner con su esposa Crystal de 28 años, es algo bueno, porque “en el pasado (Hugh Hefner) se habría acostado con todas las chicas.

Hemos oído historias sobre él con niñas de 16 años donde una vez que terminaba, se las pasaba al siguiente hombre allí. Pero ahora no es así. Para ser honesta, es tan viejo ahora que no podría imaginarlo siquiera intentar hacerlo. Él tiene que caminar con la gente a su alrededor, porque es frágil “.

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