El reggaetonero hizo bailar a una multitud en la penúltima noche del Festival de Viña del Mar. Habló de cuando tocó fondo, pero demostró que está de vuelta. El público lo premió con las dos Gaviotas


Con su carisma arrollador, Nicky Jam se metió en el bolsillo a la Quinta Vergara en su primera visita al tradicional festival chileno.

El reggaetonero, de 36 años y gran presente, encendió a todos con la potencia de su música en un show que se vio marcado por la fuerte interacción con el público.

“Viña del Mar ha llevado artistas muchos más grandes que yo, pero un artista del género urbano que haya tenido la trayectoria que yo tengo y la caída que yo tuve, no se ha visto en Viña del Mar”, declaró minutos antes de salir al escenario cerca de las 2 de esta madrugada, en lo que fue la primera referencia a un pasado no tan lejano signado por las adicciones.


El norteamericano, de ascendencia puertorriqueña por su padre y dominicana por su madre, abrió bien arriba con “Travesuras”, para luego seguir con “Si tú no estás”, un remix de “Cheerlader” y “Una noche más”.


“Para mí es una bendición estar aquí. El que sabe de mi carrera, sabe que yo tuve una caída muy fuerte. Me desaparecí diez años de la música y papá Dios me trajo aquí nuevamente”, dijo luego en el escenario, aludiendo otra vez a una de las páginas más difíciles de su historia.


A continuación, por si hiciera falta, Nicky Jam dejó en claro que el pasado quedó pisado y que lo mejor está por venir. “Sunset”, “Voy a beber”, “Hasta el amanecer”, “Ay vamos” y su mayor éxito, “El perdón”, siguieron en un repertorio con mucho power


Como de otra forma no podía ser, el público de Viña del Mar lo despidió con una ovación y con dos presentes más que importantes: la Gaviota de Plata y la de Oro. cadena3.com