El cambio radical de imagen que sufrió la cantante, modelo y diseñadora con su embarazo es digno de ser seguido y más si ha firmado un contrato millonario

con la empresa especializada en ello Weight Watchers y no está consiguiendo seguirlo.

Es una cuestión bastante seria que, tras quedarse embarazada haya cogido tanto peso que no sea capaz de recuperar su figura. Esto es algo que le ocurren a muchísimas mujeres, pero lo cierto es que Jessica Simpson está en el ojo del huracán precisamente por este motivo.

Aunque haya prometido que iba a volver a tener su figurín, perdiendo 50 kilos, todo apunta a que va a tener que emplear más tiempo de la cuenta. El plan de adelgazar una vez se curar su cicatriz de la cesárea se ha truncado y parece que la culpa la tiene la comida basura.

Podrían ser demasiada presión, puesto que la fecha fijada por Weight Watchers, finales de agosto, se acerca y los 4 millones de dólares de su contrato podrían esfumarse por no cumplir su objetivo.

Como bien informan fuentes cercanas a la diseñadora a UsWeekly, «Jessica siempre ha tenido problemas con la comida basura». Tanto es así que su familia ha tenido que adaptarse a su plan de dieta para «ayudarla a mantenerse bajo control», afirma esta fuente.

También cuenta a esta revista americana que la lactancia está haciendo mella en su plan de adelgazamiento, además de que JessicaSimpson no se priva de las refrescantes margaritas que le gustan tanto y que tanto contenido calórico aportan.

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