La cantante se prepara con una estricta dieta y rutinas de ejercicio para regresar a los escenarios


Britney Spears admite que le está costando sudor y lágrimas seguir la exigente dieta y las sesiones diarias de ejercicio a las que se viene sometiendo desde hace meses, una dinámica que se explica por las necesidades físicas de los próximos espectáculos que ofrecerá en la ciudad de Las Vegas.

Aunque está decidida a cumplir con sus obligaciones para ponerse a punto y exprimir al máximo su potencial, la cantante revela que sufre grandes luchas internas para mantenerse alejada de aquellas comidas calóricas que tanto le gustan.

«Como unas seis veces al día, por lo que no siempre acepto de buena gana que haya productos que ya no puedo ingerir por culpa de mi dieta. Me encanta comer, esa es la verdad, pero tengo que reducir las cantidades por mis nuevos compromisos profesionales. Por una parte me siento físicamente muy bien, sobre todo me veo a mí misma más ligera, pero claro que a veces me gustaría comerme un buen trozo de pizza o unas patatas fritas. Se sufre mucho cuando hay que contenerse», aseguró la princesa del pop al portal E! News.

Aparte de las desventajas asociadas a la serie de recitales que ofrecerá en la ciudad del juego a partir de diciembre, y que la mantendrán en la capital de Nevada durante al menos dos años, la conocida artista reconoce que ve con buenos ojos la idea de residir en un lugar fijo durante un tiempo prolongado y poner fin así a una rutina semanal tradicionalmente definida por los viajes constantes.

«Este va a ser el trabajo de mis sueños, entre otras cosas porque llevaba mucho tiempo queriendo asentarme en un lugar durante un largo período de tiempo. Cuando estoy de gira acabo durmiendo cada noche en un lugar diferente y nunca tengo la sensación de echar raíces en ningún lugar. De esta forma, voy a ganar estabilidad en mi vida durante unos años, aunque Las Vegas sea sólo mi segunda casa», aseveró.