El cantante neoyorkino, de orígenes puertorriqueños, parece estar decidido a hacer un cambio social después de que le gritaran «maldito mexicano»


Aunque Marc Anthony no perdió la compostura tras el aluvión de mensajes xenófobos que criticaron su elección para interpretar el himno estadounidense en un reciente partido de béisbol, el exmarido de Jennifer Lopez está convencido de que la mejor forma de acallar las muestras de intolerancia que a diario reciben millones de latinos en Estados Unidos consiste en desmontar los clichés que aquejan a esta comunidad. Fiel a su carácter independiente y autosuficiente, el astro del pop considera que son los propios hispanos quienes deben demostrar al resto de los estadounidenses que su contribución a la sociedad está llena de elementos valiosos que les hace erigirse como ciudadanos de pleno derecho, y por ello exhorta a todo el colectivo a «hacerse valer» ante aquellos que cuestionan su compromiso con el país en el que viven.

«Mucha gente se queja de que muchos productos audiovisuales proyectan una imagen muy perjudicial de la comunidad latina que no se corresponde con la realidad, y no dejan de mostrar su indignación por lo que consideran una grave ofensa a todo el colectivo. Yo les digo que es mejor dejar de quejarse y pasar a la acción tratando de escalar peldaños en la pirámide social. Si quieres cambiar el discurso estudia mucho, prepárate y fórmate, y anímate a rodar una película o una serie que refleje la visión que tienes de lo que te rodea. ¡Levántate y actúa! Nadie te va a respetar si tú no te esfuerzas en hacerte valer», se desahogó el ídolo musical en un encuentro organizado por el diario digital The Huffington Post.

El popular músico –nacido y criado en Nueva York– ha debido enfrentarse a lo largo de su vida a minoritarios pero constantes ejemplos de xenofobia que, sin embargo, nunca han logrado doblegar su fortaleza mental, por lo que Marc asegura que los ofensivos comentarios de los que fue objeto por su aparición en el campo de béisbol no han logrado minar ni un ápice de su autoestima.

La indiferencia que Marc siente por aquellos detractores que juegan la denostada carta racial se entiende también por los éxitos que el boricua ha venido acumulando tanto en el terreno personal como profesional.