Atrás quedó el Juanes tímido que apenas se movía por el escenario. El cantautor colombiano ha crecido como artista y él lo sabe . Anoche hizo prueba de ello en el Poliedro de Caracas en la segunda presentación en la capital venezolana de su gira La vida World Tour. Durante el espectáculo de casi dos horas, este ganador de 12 Grammy Latinos además de cantar, también bailó, tocó guitarra, y fue un camaleón al pasar de alegre a romántico en un dos por tres.
Juan Esteban Aristizábal, conocido en el mundo artístico como Juanes, inició su presentación a las 7:05 pm cuando emergió del centro del escenario envuelto en humo y vestido con su esperada «camisa negra». A Dios le pido, La paga y Mala gente fueron las primeras de las 21 canciones que interpretó.
El cantautor hizo un recorrido por su carrera como solista. Razón por la que no podían faltar en su repertorio temas como Fotografía, Volverte a ver, Es por ti y La camisa negra.
«Muy buenas noches, Caracas. Estamos agradecidos por esta segunda vez en Caracas. Gracias por tanto cariño», fueron sus primeras palabras. Entre uno y otro tema también dijo: «Como bien es sabido las mujeres más bellas están en Venezuela, a ustedes les dedico esta canción» e inmediatamente sonó Gotas de agua dulce.
Antes de interpretar Banderas de manos, Juanes recordó el concierto Paz sin fronteras que realizó en marzo en los límites entre Venezuela y Colombia. Quiso «ratificar lo que somos: hermanos» y reiteró su deseo de vivir en paz y sin guerras.
Juanes demostró que además de cantante es un gran guitarrista, especialmente en los temas Mala gente y Me enamora, donde realizó extraordinarios solos. Difícil, Tres y una versión de No le pegue a la negra de «Joe» Arroyo dieron pie para cerrar con Nada valgo sin tu amor.
Para el concierto de Juanes, el recinto de La Rinconada albergó una estructura metálica de fondo que simulaba a un sol y el juego de luces fue más que impresionante. No en vano el montaje escenográfico de La Vida World Tour estuvo a cargo Ray Winkler, diseñador del Cirque du Soleil que con anterioridad ha creado escenarios para los Rolling Stones, U2 y Robbie Williams, entre otros. Sin embargo, este show de tanta calidad musical y escenográfica fue disfrutada sólo un Poliedro a medio llenar.
Algo que llamó la atención de los asistentes fue que a la entrada del recinto se encontraban dos llamas. Los animales formaban parte de una campaña publicitaria para una marca de chiclets. Inexplicablemente estaban al lado de una corneta y expuestas a volumen de sonido extremadamente alto como para conservar su tranquilidad.
Texto: Cortesía Soniberth Jiménez El Universal
Fotos : Luis Eduardo G.
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