Como muchos, tomó sus maletas buscando prepararse y probar suerte fuera de nuestras fronteras. Conocido como modelo de importantes marcas, este joven cursa estudios de actuación en el prestigioso The Lee Strasberg Theater & Film Institute y  ya ha demostrado que tiene con qué en dos cortometrajes y obras de teatro en inglés

 

Destacado en el medio del modelaje por engalanar los comerciales de importantes marcas de chocolates, bancos, comida rápida, periódicos, telefonía celular y refrescos, entre otras, Daniel Cabello decidió probar suerte más allá de su Caracas natal a comienzos de 2008 y sus primeros pasos en Estados Unidos ya comienzan a rendir frutos.

 

Mientras concretaba sus estudios de Administrador de Empresas en la Universidad Metropolitana este joven venezolano realizaba trabajos como actor y modelo. La protagonización de un comercial de Gillette  le valió críticas muy positivas y  la posibilidad de engalanar la campaña para el popular chocolate Delight de Savoy, ocupando vallas, revistas, autobuses y diversos medios de exposición en imágenes captadas por uno de los lentes más reconocidos de Venezuela: Fran Beaufrand.

 

Con esos y otros importantes trabajos como modelo su imagen llegó hasta Francia e Italia, donde su porte se adueñó de las pasarelas. Soñador y persistente en la realización de sus metas, desde enero de este año dejó nuestro país rumbo a Estados Unidos y se radicó en Nueva York, ciudad que ya comienza a sucumbir a su porte y talento tras participar en dos cortometrajes y dos obras de teatro.

 

 “En mis 5 años  de carrera, aparte de estudiar, también hacía algunos papeles pequeños como actor y trabajos como modelo tanto a nivel nacional como internacional: comerciales de televisión, desfiles, editoriales para revistas, catálogos, vallas. Al graduarme de Administrador, decidí ingresar a la banca y en eso trabajaba pero sentía ganas de probar más con la actuación, de prepararme y decidí tomar mis maletas y buscar nuevos horizontes fuera de mi país. Precisamente fue la ciudad de Nueva York la que me abrió las puertas a un mundo fascinante que he conocido estudiando en “The Lee Strasberg Theater & film Institute”, instituto reconocido mundialmente por su técnica de la memoria sensorial y relajación del cuerpo y haber tenido entre sus alumnos a actores como Al Pacino, Robert De Niro y Angelina Jolie. Hoy en día sumo nuevas experiencias, he realizado cuatro personajes, los comentarios han sido buenos y ya tengo otras propuestas para hacer cine”, comenta Daniel.

 

“An innocent child”, cortometraje dirigido por Soraya Hajjaji, fue su abreboca como actor y luego vino “Ramiro Juan” también filmado en la Gran manzana bajo la dirección de Diego Foyo. Además del cine, las tablas han enriquecido la experiencia personal y profesional de este prometedor joven: en “Camino Real”, dirigida por Laura Drake, dio vida al Baron de Charlius   y  en “SA KA LA”, bajo la batuta de Sara Cameron Sunde, encarnó a Ola, personajes que considera de importancia en su corta  trayectoria.

 

«En “An innocent child» me tocó ser Paul, el protagonista de la cinta. Es un joven en sus 20 años, quien tuvo una dramática niñez (muy mala relación con su padre en especial). Después de varios años, recibe la visita de tres personas una psicóloga, una amiga y su padre, quien es un borracho sin un rumbo en la vida que regresa a pedirle dinero y como estas personas le traen malos recuerdos de aquellos momentos de su niñez en los cuales sufrió mucho se vuelve histérico sin control sacándolos de su casa. Tras muchos eventos, Paul mata a su padre porque piensa que el fue el culpable de la muerte de su madre a quien él amaba más que a nada y con su padre muerto se siente liberado.  En “Ramiro Juan» la trama aborda la vida de Ramiro, un inmigrante  mexicano que recién llega a Nueva York para comenzar a trabajar en un restaurante  como mesero y así  se encuentra con René (mi personaje) el manager del restaurante, quien también es un inmigrante latinoamericano y le explica todo acerca del negocio y la vida porque lo ve como a un amigo a quien debe de ayudar y guiar”, cuenta. 

 

Espiritual y consciente del difícil camino emprendido, Daniel echa mano de las herramientas adquiridas, tanto en el instituto neoyorquino como en los talleres de actuación cursados en Venezuela de la mano de Elia Schneider, para mirar el futuro con buenos ojos. “Me he dado cuenta que en esta carrera más que llegar lo importante es mantenerse. Mucha gente me ha conocido como modelo, otros como actor, pero mi meta con todo esto es crecer, asumir nuevos retos, formarme como un artista integral y nutrirme de nuevas experiencias en el cine, teatro y ¿por qué no? la televisión. Mas allá de llegar a hacer películas reconocidas mundialmente, espero llegar al público, tocar sus emociones con cada personaje”, concluye Cabello, quien actualmente deshoja la margarita entre varias propuestas que tiene para hacer otros filmes en Nueva York.