El domingo 23 de septiembre Muerde Aquí  en sus dos ediciones, La Voz y Rumberos dio la exclusiva, sobre una nueva

intervención estética, que se realizó la diva zuliana en la Clínica Metropolitana de Caracas. Allí dimos detalles y realizamos una remembranza de lo que ha sido su vida y obra. Este miércoles pasado, recibí de Lila Morillo un correo, agradeciéndome el manejo que se le dio a la información y me envió bendiciones, que tengo que confesar me llegaron al alma. Conozco a Lila Morillo desde que era un niño.

Aprendí a admirarla desde que llegó a mis manos un Lp con sus éxitos que me regaló mi tía Gisela. Desde allí mi admiración hacia esa estrella fue creciendo paulatinamente con los años. Tuve el honor luego de conocerla y quererla aún más. Pero un hecho que marcó mi vida y el cual nunca tendré como pagarle, fue el detalle que tuvo con el ser que yo más he amado: Mi madre. Un día y conociendo la gravedad de mi mamà me dijo: “Quiero ir a llevarle la palabra de Dios a Mercedes” Y así lo hizo en tres oportunidades, en la tercera visita se despidió de ella y sus palabras fueron tan hermosas, tan contundentes, que mi madre abrió los ojos y con ternura le dio las gracias. Ese momento no lo olvido. Como no olvidaré nunca su llegada al funeral, donde nuevamente le oró y me demostró de la casta que está hecha y de lo gran ser humano que es. Lila tiene su carácter ¿Por qué negarlo? Pero en ese cuerpo voluptuoso y esa imagen de mujer fuerte y temperamental, se encierra una gran ser humano, más hermoso hasta que su propia voz. Hoy quise compartir con mis lectores este regalo de Lila Morillo y para ustedes transcribo textualmente sus líneas:

“Llego a mis manos tu reportaje acerca de mi nueva operación y confieso haber quedado gratamente sorprendida. Gracias por tus buenas opiniones sobre mis logros artísticos y vida familiar. Celebro tu objetividad y certeza. Es reconfortante leer reportajes constructivos los cuales, además de disfrutarlos, traen buenos recuerdos. Deseo que continúen tus éxitos, siempre estaré orando por ti, como lo hice una vez por tú mamà. Dios te bendiga hoy y siempre…y nuevamente gracias por tan hermoso reportaje”

Lila Morillo.

Lila: Desde mi columna, esa que ha reseñado tanto tu carrera profesional y tu vida personal, te doy infinitas gracias por tus hermosas líneas. Palabras que me dan fuerzas a seguir mi labor de la manera más objetiva posible y siempre respetando la dignidad de los artistas. Hoy nuevamente siento que apenas siendo un niño, no me equivoqué al elegirte como una de mis cantantes predilectas. Contigo luego viví momentos imborrables y hoy el que te da las gracias soy yo. Gracias por ser parte de mi vida, como eres parte de la vida de millones de venezolanos que te admiran y te quieren. Gracias por tu hermoso correo y por recordarme bonito. Yo a ti nunca tendré como pagarte lo que hiciste y si llego a escribir un libro, te aseguro, tú tendrás un capitulo especial en él, como lo tienes en mi existencia. Ahora soy yo el que te dice: ¡Qué Dios te bendiga!