Falleció el 8 de febrero de 2012. Tenía 62 años y peleó desde el 2010 contra un cáncer de pulmón.


El 23 de enero se festejó el día del músico, que desde el 2014 conmemora el día del nacimiento de Spinetta . Desde su partida se realizaron innumerables tributos, y hasta fue publicado un libro con sus canciones destinado a escuelas secundarias artí­sticas.

Una de las grandes sorpresas que agredecieron sus seguidores llegó en noviembre del año pasado con la salida de un disco inédito, «Los amigo», que rescata lo último que grabó «El Flaco» con su ex compañero de Almendra Rodolfo García (en batería) y Daniel Ferrón (en bajo).

«La poesí­a de papá siempre puede adaptarse al presente, en este disco hay mucho mensaje, habla de felicidad, de luz y de sabidurí­a, es bueno poder compartirlo con la gente, para eso lo dejó», dijo su hija Catarina en la presentación que hizo junto a sus hermanos Vera, Dante y Valentino.

A partir de zapadas que surgían de una reunión semanal que el trío realizaba en el trío realizaba en La Diosa Salvaje, el estudio del poeta de Bajo Belgrano, nació este álbum luminoso y de corte jazzístico.

Integrado por ocho piezas, entre las que se destacan grandes canciones como «Iris» -dedicada a su hermana Ana-, «Canción del lugar» y «Bagualerita», y dos poderosas piezas instrumentales como «El gaitero» y «El cabecitero», el álbum fue un éxito de ventas en Argentina.

Capaz de reinventarse a partir de una obra atravesada por la belleza, Spinetta fue autor, guitarrista y cantante, pero también poeta y pintor. Supo colmar de una elevada concepción estética a cada uno de los pasos que dio desde su nacimiento, el 23 de enero de 1950 en el barrio porteño de Belgrano.

Creador de grupos como Almendra, Pescado Rabioso, Invisible, Jade y Los Socios del Desierto y de un camino en solitario también signado por la belleza, Spinetta murió en Buenos Aires a los 62 años a causa de un cáncer de pulmón que se le diagnosticó en julio de 2010.

Personal y prolí­fico, en 50 años de trayectoria dio forma a una obra que materializó en más de 40 discos, donde sus canciones constituyeron un alegato estético que signó al rock argentino y lo sostuvo como un espacio fértil para la creación.

Distanciado de los vaivenes de un género que pasó de marginado y prohibido a gozar de las mieles de la difusión masiva, edificó su carrera al margen de las modas y las demandas de la industria discográfica.

En una suerte de sí­ntesis de su recorrido musical, el 4 diciembre de 2009 colmó el estadio de Vélez, un ámbito multitudinario que transformó en reducto í­ntimo para disfrutar de un recorrido por sus Bandas Eternas en un maratón artí­stico de cinco horas con más de 50 canciones.