Abogada confiesa ser una madre nada absorbente


La versada en leyes habla de sus nexos y momentos con Daniela Victoria, su hija, quien denomina el mayor regalo que la vida le brindó

Los vínculos que existen entre una madre y su hija en ciertas ocasiones son invisibles a la vista, pero palpables en el corazón. A pesar de no ser una tarea sencilla, la abogada Mónica Fernández ha aprendido a lo largo de estos 16 años que lo más maravilloso que le puede suceder a un ser humano es concebir y dar vida “si tuviera que sonar el mazo con fuerza diría sin pensarlo dos veces que lo mejor que ha pasado en la vida de esta jurista es ser la madre de esa maravilla de hija”.

A Fernández se le ve en pantalla regia, decidida y con un amplio conocimiento de las leyes, pero a la hora de enfrentar la maternidad el reto es distinto. “Nadie viene con un manual para ser madre, no hay duda que eso es lo más difícil, ir aprendiendo sobre la marcha de errores y de triunfos”, tarea que ha sabido llevar en este difícil camino de educar a una adolescente.

Si se tuviera que elegir una palabra para describirla, sin duda que “multifacética” sería la más adecuada, pues a pesar de su trabajo no deja a un lado las tareas del hogar. “Si la gente supiera que saliendo de grabar corro a poner lavadora, secadora, a hacer la cena o el almuerzo no lo creería, pero sin duda ser madre me permite desarrollar muchas cualidades personales y profesionales únicas”.

A pesar de ostentar una agenda apretada entre la radio y la televisión, Mónica y su hija han encontrado la manera de acoplarse a este ritmo de vida para compartir tiempo de calidad y apoyarse la una a la otra. “En mi caso la vida profesional ha sido siempre muy absorbente y a Daniela le ha tocado compartirla conmigo, muchas veces ha tenido que acompañarme a mi trabajo”. Eso la ha llevado a madurar desde muy pequeña, a tener un léxico impresionante y un comportamiento ejemplar”.

El día de la madre es sin duda una fecha especial que le permitirá celebrar en familia, como todos los fines de semana, pero con la particularidad de que para este fin de semana la consentida de la casa será ella. Y pese a que aún no han planificado nada, no descarta la posibilidad de ser sorprendida por su “pequeña” quien siempre tiene un detalle que la hace feliz.

¿Cómo te preparas para celebrar el Día de las Madres?

-Pues realmente no tenemos nada preparado, acostumbramos siempre a estar juntos en familia los fines de semana, así que será un fin familiar donde las más consentidas seremos las madres de la familia: mi mama, mis cuñadas y yo. Mi hija siempre tiene alguna sorpresa positiva y reconfortante.

¿Qué ha representado en tu vida la maternidad?

-Es mi todo, mi mayor motivo de inspiración, la mayor satisfacción que la vida me ha podido dar. Cada respiro, cada esfuerzo, cada cosa que hago tiene el nombre de Daniela, mi hija, por eso además su segundo nombre es Victoria, porque ella significa exactamente eso, la mayor Victoria de mi vida.

¿Qué ha sido lo más difícil de asumir en este rol?

-Nadie viene con un manual para ser madre, no hay duda que eso es lo más difícil, ir aprendiendo sobre la marcha, de errores y de triunfos. Quizás en mi caso la vida profesional ha sido siempre muy absorbente y a Daniela le ha tocado compartirla conmigo. Muchas veces ha tenido que acompañarme a dar clase, al canal, a la oficina, a las conferencias, eso la ha ayudado a madurar desde muy pequeña, a tener un léxico impresionante y un comportamiento ejemplar, sin querer separarla de su edad y las cosas propias de la adolescencia, no hay duda que es una hija ejemplar, en 16 años sólo me ha dado satisfacciones y lo mejor ha entendido y comprendido que su ´mamá es compartida con mil actividades que ella también apoya.

Si le pido que se defina como mamá…

-Te puedo decir que soy comprensiva, permisiva, mediadora, conciliadora, nada absorbente, permito su independencia, busco que desarrolle sus propias cualidades y responsabilidades. No castigo jamás, no sé lo que es eso. Respeto su espacio y cumplo con mi palabra en cada momento que la he comprometido. Soy amiga y solidaria. Creo salvo prueba en contrario que haga mi hija jajajaja, que soy una gran madre.

¿En casa tomas las decisiones como en “Se ha Dicho”?

-(Risas) La vida tiene mucho de “Se ha Dicho”, pero en alguna forma se hacen desde la argumentación, la discusión reconfortante y el diálogo, en eso se parecen a “Se ha Dicho”. No siempre tengo la última palabra, como digo en muchas ocasiones la madurez y la inteligencia de Daniela pareciera le dan el poder del mazo a ella.

¿Quién tiene la última palabra en el hogar?

-Pues un poco como lo anterior. Creo que no hay imposición, ni sumisión, por el contrario, tenemos una relación de libertades, llevar a la reflexión desde el ejemplo y desde el análisis pero no por la fuerza, creo que eso funciona, poco se usa el mazo, pero cuando hay que usarlo todos saben que tiene el poder de funcionar.

¿Qué es lo que más disfrutas de ser madre?

-Todo, absolutamente todo. Ella es hermosa, siempre tiene una salida inteligente a las cosas, es mucho más relajada y positiva que yo, entonces disfruto mucho que sea diferente a mí en los aspectos que yo debo reforzar o mejorar. Pero cada cosa es disfrutar, compartimos muchos espacios en común y nos gusta estar juntas. Ahora se gradúa de bachiller, entró en todas las universidades que presentó y será una gran Comunicadora Social. Estoy enamorada de la solidez de sus principios y sus valores y sobre todo de su inteligencia política y social para afrontar el país actual desde una visión del medio objetiva, crítica pero responsable.

¿Cómo divides el tiempo entre el trabajo y tu rol como madre?

-Es muy divertido porque a las 6 am soy madre hasta las 7 que corro y la dejo en el colegio, me toca el desayuno, luego vuelo a ser la doctora Mónica, entre el canal, la radio y mi escritorio jurídico, pero no falto a su salida del colegio ni tampoco a almorzar con ella salvo causa mayor, durante muchos años en la función pública sacrifiqué el no estar con ella en esos momentos y ahora ya es un horario bloqueado en la agenda sólo para nosotras. No es fácil porque muchas veces me toca esforzarme el triple y me agoto, si la gente supiera que saliendo de grabar corro a poner lavadora, secadora, a hacer la cena o el almuerzo no lo creería pero sin duda ser madre me permite desarrollar muchas cualidades personales y profesionales únicas.

¿Qué es lo más difícil de enfrentar a la hora de guiar a una adolescente?

-Pues que entienda que más allá del mundo maravilloso de su hogar y su mundo perfecto de la familia hay un mundo afuera distinto, lleno de riesgos, de peligro, de gente mala en muchas ocasiones, de un consumismo abrumador y de una sexualidad mal entendida, pero lo más gratificante es saber que siempre ha estado suelta en ese mundo peligroso y que jamás ha dado un problema, ni un susto, ni una posibilidad que nada de eso que no es positivo se haga parte de su vida, por el contrario sabe y conoce como es la realidad, y sabe perfectamente sobresalir de cualquier espacio donde esté. Es una joven decidida, clara, pensante, sana y además de eso me salió estudiosa no fiestera y poco amiguera, por ende eso minimiza cualquier riesgo. Sabe como cuidarse y eso ayuda  mucho en mi función de madre. Daniela es el más grande amor de mi vida y la mejor de mis decisiones. No hay duda que si tuviera que sonar el mazo con fuerza diría, sin pensarlo dos veces, que lo mejor que ha pasado en la vida de la doctora es ser la madre de esa maravilla de hija.

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