Luego de una pausa en la pantalla televisiva, la actriz Eulalia Siso, regresó para interpretar a »Amelia Ruiz de León» en la producción dramática del escritor Alberto Barrera, »El Árbol de Gabriel»,

que se transmite en horario estelar de lunes a sábado por Venevisión.

Su más reciente actuación en TV, fue en la telenovela “Un Esposo para Estela” (2009) escrita por Camilo Hernández, en donde personificó a Aitana Alberti. En “El Árbol de Gabriel” interpreta a la madre del protagonista, Gabriel León (Jorge Reyes). “Amelia tiene sus intereses, pero básicamente su vida gira en torno a Gabriel y a sus necesidades. Tiene inquietudes espirituales y es una mujer muy “new age”. Sabe que ella es la señora de la casa aunque Angie (Myriam Abreu) crea lo contrario”, comenta la actriz.

Eulalia personifica a una mujer tierna y maternal, “quiere ayudar a su hijo a ser feliz, a que encuentre el verdadero amor y una estabilidad familiar. Cuando conoció a los hijos de Gabriel, inmediatamente quiso acogerlos en su casa y formar lazos familiares. Sin embargo, esto no ha sido nada fácil, gracias a Angie que se niega a reconocer que los hijos de Gabriel también tienen derecho a ser parte de la familia”.

Amelia es observadora, intuitiva, “no juzga gratuitamente porque sabe que la vida no es fácil”. A pesar de ser una mujer honesta, tiene un secreto que jamás ha revelado y que la tortura frecuentemente.

En esta primera oportunidad que trabaja con el escritor Alberto Barrera… ¿Cómo ha sido la experiencia?
De ¡“Grand suspense” (gran suspenso)! Sólo hasta estos capítulos recientes, he logrado enterarme del pasado de Amelia.

¿Podrías contar alguna anécdota que haya ocurrido en alguna grabación de la telenovela?
¡Anécdotas tengo miles! Trabajamos en un ambiente de trabajo muy armónico, tanto el equipo actoral, como el equipo técnico. Mi decorado principal es la casa de Gabriel y allí me siento como en mi hogar. Hasta los perros de la casa son parte del equipo y en varias escenas en el jardín aparecen de improviso. Sobre todo un cachorrito bulldog que se llama Buda y que es el consentido de todos los que han pasado por la quinta a grabar.

Una anécdota que recuerdo es que el día que me tocó grabar la escena donde hablo por primera vez con Gabriel de su enfermedad, casualmente Jorge llevó a su mamá que estaba de visita en Caracas. Ella estuvo sentada todo el tiempo en el cuarto como espectadora, y al terminar la escena, ella se acercó muy conmovida, me abrazó y me encomendó a su hijo.

Después de más de 25 años de carrera artística… ¿Qué significa este nuevo rol para tu carrera?
Como su nombre lo indica, Amelia es muy amable para mi carrera. Me hace sentir el cariño de la gente en la calle y su percepción de mi trabajo desde un punto de vista muy público.

¿En el tiempo que estuviste fuera de la pantalla qué actividades desarrollaste?
Siempre he sido una mujer de teatro, por lo que siempre estoy en las tablas. Hice “Monólogos de la Vagina” y “TOC TOC”. También participé en un largometraje de Alfredo Hueck “Paquete #3”, entre otras muchas cosas.

¿Cuál es tu principal motivación?
El autoconocimiento.

¿En qué crees?
En Dios, en la Virgen de la Milagrosa, en mi misma, en el equilibrio perfecto de la vida.

¿Un sueño por cumplir?
Son muchos y de toda índole… Pero hay un sueño que si tuviera los medios económicos, lo llevaría a cabo inmediatamente: Un refugio para animales callejeros y/o abandonados.

¿A dónde quieres llegar?
Adonde mi curiosidad me lleve.

Además de “El Árbol de Gabriel”, ¿Tienes otros proyectos laborales?

Continúo en la obra “TOCTOC”, en lo que ha sido la temporada más exitosa que un actor pueda soñar. También me estoy preparando para inaugurar el Festival Internacional de Teatro de Caracas con la obra “El Día que me quieras”.

Finalmente… ¿Qué crees que va a pasar con Amelia luego de enterarse de la enfermedad de su hijo Gabriel, y de que Merlín (Héctor Manrique) trajera de nuevo a su vida a Atilio?

Amelia sospechaba desde hace mucho tiempo que algo le sucedía a Gabriel, y trató por todos los medios de descubrir lo que su intuición le decía. Saber la verdad fue un gran shock para ella, pero como es una mujer de acción, enseguida intentó encontrar soluciones. Es esa búsqueda la que la lleva a enfrentar su pasado, un pasado que ella creía olvidado. Pero como bien dice Merlín: en el pasado están las respuestas. Atilio Dos Santos representa un capítulo de su vida muy doloroso, errores de juventud que desembocan en la historia presente. ¿Qué va a pasar con ellos? Es una interrogante que sólo la responderán los próximos capítulos de “El Árbol de Gabriel”…